Cuidarme de forma adecuada no es solo bueno para mí sino también para las personas con quienes me relaciono, el cuidado personal es decisivo para que nuestras relaciones sean satisfactorias. Si no lo tienes en cuenta, en cualquier momento te encontraras ahogado y jadeando por un poco de aire en tus relaciones.
¿Qué significa cuidarme de manera adecuada?
Aspecto Espiritual: Cuando estás conectado con Dios, estas cuidando tu parte espiritual, el tener una relación diaria y continua con tu creador te va a dar fuerzas cada día, te vas a sentir fuerte, respaldado y guiado en todas las decisiones que tomes. Vas a tener mucho por dar a los demás, amor, paciencia, compasión, amistad, oportunidad etc. Te vas a sentir recargado para dar.
Aspecto Emocional: El papel de las emociones en nuestra humanidad es fundamental, ellas te informan acerca de tus necesidades y de tus creencias más profundas. cuando sientes una emoción muy intensa de miedo o de dolor, tu cuerpo está intentando decirte algo importante. Sin las emociones, eres un navegador sin su brújula.
Pon atención a esto: Tu cerebro es el procesador, el que toma las decisiones, pero sin la información apropiada que proveen tus emociones, el procesador no tiene con qué trabajar. ¿De qué sirve un procesador si carece de información?
Dios nos diseñó para funcionar de manera optima cuando mente y el alma trabajan de forma armoniosa. Puedes tomar las mejores decisiones cuando permites que tus emociones le hagan llegar la información adecuada al cerebro.
Presta atención a tus emociones: Si no estás seguro de lo que tus emociones te quieren decir, una idea sería preguntarte ¿Qué estoy sintiendo?
Dado que las emociones se expresan de forma fisiológica, puedes tratar de ponerle un nombre a las sensaciones en tu cuerpo. Tomate un momento para hacer tu respiración consciente, inhalando y expirando aire lenta y profundamente, luego escanéate desde la cabeza y explora lo que estás sintiendo ¿hay tensión en alguna parte? Recuerda que lo que estás haciendo es buscar información, no juzgues tus emociones, no te critiques por sentirte como te sientes.
Identifica tus emociones: Supongamos que tienes un nudo en el estómago, puedes preguntarte ¿Qué quiere decirme esta emoción? ¿Qué la hizo revelarse?, me siento nervioso, temeroso, ¿a qué le temo? ¿Qué escuché, vi o percibí que me hizo reaccionar así?
Una vez identifico la emoción, me pregunto, ¿Qué necesito este momento? ¿Qué necesito de los demás? ¿Qué necesito de mí mismo? También puedes preguntarte: ¿Estoy haciendo o pensando en algo que pudiera generar esta sensación? Recuerda que de la manera que piensas determina como percibes y reaccionas conforme a lo que sientes.
Evalúa la veracidad de tus emociones: El buen cuidado de uno mismo toma en cuenta las aflicciones, pero hace con ellas algo más positivo. Lo que debes hacer es determinar si te estás diciendo la verdad o sencillamente estas lleno de temor y te está llevando a exageraciones. No esta mal sentir miedo, pero si es lamentable vivir con temor de algo que verdaderamente no existe.
Recuerda: Dios te creó con la capacidad de tener emociones. Él mismo tiene emociones profundas y te diseñó para que también las tuvieras. Las emociones cumplen el papel de brindarte información importante acerca del mundo y de tu lugar en el. Considéralas como un material de valiosa información y úsalas de manera sabia.
“El cuidado personal no es egoísta” Cuidarte de manera apropiada es una de las mejores cosas que puedes hacer por tus relaciones.
El buen cuidado personal incluye: Recibir, atenderte y dar. Necesitas recibir de los demás y atender tus necesidades legitimas y dar a otros en la medida que estés lleno.
Puedes libertarte del estrés y obtener paz:
· Disminuye tus expectativas
· Recibe todo lo que ocurre como algo que ya fue filtrado por Dios
· Aprovecha las experiencias estresantes como una oportunidad para mejorar y dale gracias a Dios.
· Espera en Dios, aprende de la paciencia y el silencio. Obtendrás tu respuesta.
Con el amor de siempre.
Yackeline Muñoz l.
Psicóloga VivirSanaMente
Ref. El ADN de las relaciones – Dr. Gary Smalley