Existen múltiples causas para el machismo en nuestro pueblo latinoamericano, las cuales pueden ser abordadas desde distintas disciplinas. Hoy lo abordaremos desde un aspecto psicoespiritual.
Las creencias y doctrinas de una fe, religión o dogma moldean la cultura y lo han hecho históricamente, unas veces para bien y otras con consecuencias nefastas para la humanidad. El machismo que aún deambula campante en nuestros días, a pesar de los avances en derechos y equidad hacia las mujeres, hace mella en nuestra sociedad.
Existe un pasaje en la biblia judeo-cristiana que se tradujo desde el original hebreo como “ayuda idónea” (Génesis. 2:18), el termino es Ezer Kenegdo que ha servido por siglos para dar la idea de que la mujer es solo una ayudante, o en el mejor de los casos una “ayuda idónea”, y aunque suene romántico pensar en que la mujer es una ayuda ideal (idónea), el entorno cultural y religioso ha usado esta traducción de la biblia para apoyar la idea machista de que la mujer es solamente eso, una ayuda, o una ayudante. Pero que diferente sería si los traductores bíblicos antiguos, hombres en su totalidad, hubieran tomado el sentido original de las palabras “Ezer Kenegdo”, cuya raíz hebrea denota protección, seguridad, fuerza, poder y resguardo.
Tendríamos un texto similar a esto: “Le haré una fuerza que pueda protegerlo”, seguramente la idea de la mujer como una ayudante, fundada en la religión, no existiría, pensaríamos en ella como lo que es, como dadora de vida, la fuerte capaz de resistir las cargas impuestas por la cultura, la valiente que puede estudiar, cuidar niños, trabajar y aun así llegar a casa y ver a un hombre que piensa que ella es su “Ayuda idónea”. Por que no reevaluar y hacer critica respetuosa a todas aquellas creencias y dogmas que han permitido que la cultura religiosa sea cómplice de actitudes sociales e individuales que van en contra de la dignidad humana y que nos llevan a asumir posturas que vestidas de espiritualidad dañan el interior de las vidas más valiosas.Que reto tan maravilloso vivir sabiendo que la mujer no es una ayudante, sino un ser maravillosamente poderoso que existe para proteger, guiar, liderar y pelear batallas que en muchos casos los hombres no queremos pelear, realmente son mujeres superpoderosas. Este concepto exige que el hombre este a la altura de la mujer y que la mujer este a la altura del hombre, ambos con capacidades infinitas de crecimiento, desarrollo y alegría desde la equidad, nunca desde el machismo solapado.Podemos cuidar nuestra vida psíquica y espiritual revisando nuestros pensamientos y preguntándonos de donde vienen nuestras creencias a nivel social e individual, en que se fundamentan y que tanto bienestar real traen a nuestra vida. Podemos VivirSanaMente.